Te invito a conectarte con tu sensación interna desde el contacto
terapéutico, en un entorno receptivo y seguro, con una percepción abierta y sin
juicio.
Estamos hechos para relacionarnos, para el contacto, y la piel es una importante vía de comunicación y nutrición.
De los cinco sentidos identificados por nuestra cultura occidental, el tacto es el único sin el cual no podríamos sobrevivir. Desde los primeros días del embrión, piel y cerebro forman un mismo tejido. La piel luego se vuelve nuestro primer órgano de contacto y comunicación, y su impronta en nuestra memoria vincula el hecho de ser tocados con la nutrición, el cuidado y la contención.