Debido a su carácter meditativo y receptivo, el toque terapéutico abre nuevos espacios de percepción.
Allí, se invita a la experiencia de la sensación sin juicio, como en un viaje interior. Las molestias y tensiones se alivian como consecuencia de una integración que nos orienta hacia la totalidad que olvidamos ser.
Mucho más que una manera indulgente de relajarse, el masaje es salud. Reduce los niveles de cortisol e incrementa los de serotonina (la hormona del bienestar) y dopamina (el neurotransmisor encargado de la energía).
Además de estimular el sistema inmune, el masaje ayuda a mejorar el humor dado que el contacto libera el estrés contenido en la fascia y los músculos y estimula el sistema parasimpático.